martes, 29 de noviembre de 2011

Innovaciones médicas

Un médico andaluz elabora el EADO un sistema para administrar metadona




Francisco González-Sainz, psiquiatra del sistema sanitario público de Andalucía y coordinador del equipo de Salud Mental de Comunitaria Villamartín adscrita a la Unidad de Gestión Clínica del Hospital de Jerez de la Frontera, en Cádiz, ha diseñado un  instrumento para medir la dosis de Metadona que debe suministrarse a pacientes con drogodependencia.

La idea de este método se gestó en el año 2000 ante el debate internacional que cuestionaba si las dosis de metadona debían ser altas o bajas, independientemente de la variabilidad de respuestas individuales por parte de los pacientes. Francisco González-Sainz encontró el punto de partida de estas discusiones erróneas, y en su búsqueda de lo que denominó dosis adecuadas de metadona procedió al diseño definitivo  del EADO (Escala de Adecuación de Dosis de Opiáceos), en el año 2003,  aunque su validación no llegó hasta tres años después.

El EADO, se realizó sobre una muestra de 300 pacientes en programa de tratamiento de metadona, seleccionados aleatoriamente de un total de 10 centros de ambulatorios de tratamiento de conductas adictivas. En él, a través de unas pequeñas entrevistas de 10 ítems y con una duración aproximada de 10-15 minutos, se quiso establecer una escala que referenciase la dosis adecuada de metadona.

La metadona es un opioide sintético que se utiliza en la actualidad en los programas de desintoxicación y  como mantenimiento de los farmacodependientes de opiáceos, tales como la heroína, su efectividad y eficacia en estos tratamientos han sido probada, pero la dosis que debe suministrarse  a los pacientes siempre ha sido tema de debate, ya que en él interfieren diversos factores.

Entre los factores más importantes para fijar definitivamente el tratamiento está la relación dosis de metadona diaria/respuesta paciente. Tomando este agente, se ha constatado que los pacientes con dosis más bajas de metadona, tienen más craving (deseo o ansia por consumir drogas), persistiendo en el consumo de heroína, mientras que aquellos con dosis altas de metadona obtienen mejores indicadores, menor consumo de heroína, reducción de  la gravedad de los problemas relacionados con el consumo y menores tasas de retención.

Por ello, es importante la fijación de una tasa adecuada de metadona que es la que:

- suprime los síntomas de abstinencia (SAO), o que éstos sean muy leves

-reduce el craving (deseo o ansia por consumir drogas)

- reduce el efecto reforzador de la heroína (Bloqueo narcótico o tolerancia cruzada)

- hace que el paciente no consuma heroína, o si lo hace, el consumo sea esporádico

-hace que el paciente  no note síntomas continuados de sobremedicación o éstas sean muy leves

El EADO evalúa el grado de adecuación de la dosis tomada por el paciente durante los siete días previos al momento de la evaluación. El EADO está estructurado como una entrevista constituida por 10 ítems, entre los cuales están:

Ítem 1: Consumo continuado de heroína                              

Ítem 2: Bloque narcótico o tolerancia cruzada

Ítem 3: SAO objetivo

Ítem 4: SAO subjetivo

Ítem 5: Craving de heroína

Ítem 6: Sobremedicación

Las preguntas que miden los síntomas siguen la escala Likert, que mide el nivel de acuerdo o desacuerdo con una declaración, fijado en una puntuación del 1 al 5. Los resultados del EADO pueden valorarse tanto cualitativamente como cuantitativamente.

Éste es un método pionero, puesto que hasta entonces existían “Escalas individuales para medir alguno de estos parámetros. Existían muchas en el ámbito sanitario, pero ninguna que midiera globalmente toda esta sintomatología y permitiera extraer conclusiones sobre la dosis concreta que precisan los pacientes” explica el psiquiatra Francisco González-Sainz.

Dada la importancia de este nuevo sistema, otros países como Italia, Portugal Alemania y los Estados Unidos han querido implantarlo. Italia y Portugal ya ha financiado la traducción del proyecto para su próxima aplicación, mientras que EEUU y Alemania continúan con la línea de investigación abierta con el EADO para valorar su uso en pacientes con tratamiento de buperprofina/naxolona, un sustancia opioide que comparte el mismo fin que la metadona. 
Fuentes: Noticias Junta de Andalucía

Maltrato Infantil

El refrán “ojos que no ven, corazón que no siente” parece el estandarte por excelencia de la sociedad actual,  si no piensen en el número de veces que han presenciado una trifulca entre una pareja en la calle y haciendo caso omiso, han salido del lugar para no inmiscuirse, o cuántas veces hemos presenciado un comportamiento poco ortodoxo (por nombrarlo de alguna manera) entre un padre y su hijo, o a la  inversa, y hemos fingido no darnos cuenta. El que sea capaz de contestar a estas cuestiones con la palabra ninguna, está haciendo patente aún más si cabe, que vivimos en un mundo de hipocresía y de falsa concienciación.

Siguiendo con este refrán, que como hemos dicho es el dogma principal que rige en nuestra sociedad,  abordemos la problemática del Maltrato Infantil, unas acciones que no quieren ser vistas por familiares y amigos, para no sentir que  con su actitud pasiva, son cómplices del daño e incumplen la ley de omisión de los deberes de impedir delitos o de promover su persecución, recogido en el art. 450 del Código Penal.
Lo anteriormente expuesto es quizás una dura crítica, pues tampoco es de obviar que este tema goza de una gran sensibilidad por varios motivos: primero porque los afectados son menores, segundo,  porque es difícil delimitar o definir qué conductas pueden ser constitutivas de maltratos y tercero porque se desarrollan fundamentalmente en un entorno familiar.
Además en torno al tema de la violencia en el hogar hay muchos mitos y falsas creencias que se ha ido trasmitiendo de generación en generación:
1ª Mito: El maltrato es infrecuente. Este mito se ha consolidado porque la prevalencia real del maltrato es desconocida, puesto que la mayoría de los casos no son detectados. Y la razón de esto, por un lado, se debe a que su impacto tiene lugar fundamentalmente  en  los núcleos familiares, donde existe el miedo a la denuncia y en el que el agredido es un menor, y por otro lado,  es causa de la insuficiente formación por parte de los profesionales.
Este mito se ha sustentado en la idea generalizada de la familia como núcleo de afecto donde es difícil que haya cabida de violencia.

2º Mito: La violencia y el amor no coexisten en la familia.  Asociado a una falsa creencia de que las personas normales no maltratan a sus hijos.  Aunque lo cierto es que no existe un patrón  predeterminado  de padres abusivos, con unos rasgos estables, definidos y fácilmente identificables que los diferencien de aquellos que no maltratan a sus hijos. Aunque sí hay una serie de características que se encuentran con mayor frecuencia como: Baja tolerancia a la frustración y expresiones inapropiadas de ira, aislamiento social, falta de habilidades parentales, sentimientos de incapacidad o incompetencia como padres, expectativas no realistas con los hijos y percepción de la conducta de sus hijos como estresante.


3º Mito: Noción de la trasmisión generacional del maltrato. Basado en una falsa creencia de que los niños que han sido maltratados serán maltratadores.

44º Mito: El maltrato infantil es fundamentalmente físico.  Este mito ha sido generado fundamentalmente por los medios de comunicación que han creado esta falsa creencia por dar una importancia preferente en sus medios a los casos de abusos sexuales y lesiones físicas.  En contraste, existe una alta tolerancia al maltrato físico leve o el psicológico. La tipología del maltrato infantil se clasifica en cinco: el maltrato físico, la negligencia o abandono, el maltrato emocional o psicológico, el abuso sexual, y el maltrato prenatal.
Lo más curioso de este mito es la disparidad que existe entre creencia y realidad en cuanto a la causa principal del maltrato. Pues según  el Observatorio de la Infancia (2006) la negligencia es el tipo de maltrato más frecuente, representa el 60,1%, el maltrato físico el 21,2%, el maltrato emocional el 15,6% y el abuso sexual el 3%. Un rasgo característico de esta problemática es que no se suele dar un solo tipo de maltrato, sino que es frecuente  la combinación de varios de ellos.



5º Mito: El maltrato no existe en las clases sociales altas. Un mito que se origina debido a que se diagnostican  más casos de maltrato infantil entre las capas sociales bajas, y al uso de recursos  sociales y sanitarios de carácter privado, que  impiden conocer situaciones de riesgo  establecidas en clases sociales elevadas. Aunque que el maltrato infantil existe en todas las clases sociales.


El tema del maltrato infantil entraña gran controversia  y necesita de la unión del ámbito social/educativo –concienciación y sensibilización por parte de la sociedad- y del sanitario-campañas de actuación, análisis psicoafetivos- para  conocer la magnitud del problema, crear un sistema  común de actuación  para intentar poner fin a esta grave situación por la que pasan muchos menores, en algunos casos sin llegar a ser escuchados.
Por eso,  el Grupo de Trabajo sobre el maltrato infantil del Observatorio de la Infancia, órgano integrado en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y en el que participan todas las Comunidades Autónomas, entidades públicas e instituciones relacionadas con la infancia, estudian crear una propuesta de unificación de criterios generales acerca del concepto de maltrato infantil y de la intervención sobre el mismo.
Para eso empiezan definiendo el concepto de MALTRATO INFANTIL como: acción, omisión o trato negligente, no accidental que prive al niño de sus derechos y su bienestar que amenacen y/o interfieran su ordenado desarrollo físico, psíquico y/o social, cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad.
Definen las conductas y situaciones que requerirían de la intervención de los servicios de protección infantil, como así ejemplifica la siguiente tabla:
CAUSAS
CUMPLIMIENTO QUE DEBES GUARDAR
Orfandad
Prisión de los padres
Enfermedad o ingreso hospitalario

Imposible
Abandono total
Abandono de madre
No reconocimiento de los padre

Incumplimiento
Maltrato y abandono físico
Maltrato y abandono emocional
Abuso y explotación sexual
Mendicidad y explotación laboral
Incapacidad para el control

Inadecuado

 Y dada su naturaleza multicausal, condicionado por factores sociales, familiares y personales, permite clasificarlos en los siguientes tipos:

1. Maltrato Físico: Toda acción de carácter físico voluntariamente realizada que provoca lesiones físicas en el menor


Niña de cinco años maltratada físicamente por su padre y testigo de las palizas que éste propinaba con regularidad a su madre. La pequeña retrata una figura con enormes orejas y boca, que escuchan y grita pidiendo que finalice una vez por todas tanta violencia.

Niña de cinco años
2. Negligencia o abandono: Es la omisión del deber de responsabilidad de los familiares en las atenciones o el bienestar del menor.  Estas acciones pueden ir desde la  no alimentación del menor, el descuido de sus necesidades en el vestir o en el calzado, despreocupación de las necesidades educativas, de higiene  hasta la de largos periodos sin supervisión del menor.


Un padre ausente y una madre incompleta que se aleja. Una “mamá globo”. Por eso los niños (la propia víctima y su hermano) tienen unas piernas tan largas, para intentar acerarse a ella. La cría retrata, en dibujo libre, a su familia; el padre ni siquiera aparece (la pareja está separada). Es víctima de maltrato emocional por parte de ambos progenitores, y de posible maltrato físico y sospecha de abuso sexual por el padre. La niña presenta dificultades de adaptación

Niña de 7 años

3. Maltrato emocional o psicológico: Cualquier acción de carácter verbal o cualquier actitud de un adulto a un menor que provoque o pueda provocar en él daños psicológicos. Aquí se enmarcarían actos como: ignorar al menor, tener actitudes de desapego o de privación de afectos y de seguridad o la inducción a menores de comportamientos antisociales mediante la realización de actividades inadecuadas en presencia de niños (emborracharse, drogarse, etc.)
 Niño de siete años que ha vivido maltrato emocional y, en menor medida, físico amanos de su madre. Los mensajes que el crío recibe de ésta señalan su inutilidad y suincapacidad, así como su maldad. El pequeño interioriza esos mensajes hasta el extremo de verse a sí mismo como una especie de ogro. “Me encanta ser un monstruo”,afirma, resaltando los aspectos negativos. Presenta también una gran dosis de rabia yescasa empatía.
Niño de 7 años

4. Abuso sexual: Comportamientos en el que los menores son utilizados por un adulto u otro menor como medio para obtener estimulación o gratificación sexual.  Formas de ejercer este tipo de maltrato son: el voyeurismo, exhibicionismo, tocamientos y penetración, también la inducción de un menor a la prostitución por parte de un familiar aunque la relación sexual se mantenga con terceros.
 Sufrió abusos sexuales por parte de su padre desde los seis meses de edad: violada vaginal y analmente. Tras la separación conyugal, la menor se quedó a vivir con él hasta que se desveló el maltrato. Al iniciarse la evaluación psicológica, la cría mostraba trastornos de alimentación, conducta agresiva, pobres relaciones con sus iguales, desconfianza, vergüenza, culpa, pesadillas, rabia y miedos. En dibujo libre, representó así a su padre. “Ésta es la tortura que quiero [para él], o peor”, formula la pequeña. Una especie de crucifixión con elementos muy claros: cadenas, flechas, ,amputación de los genitales, desangramiento.

Niña de 10 años

5. Maltrato Prenatal: Abuso durante el embarazo de drogas o alcohol o cualquier circunstancia vital de la madre que se haga incidir voluntariamente en el feto, y que provoca que el bebe nazca con un crecimiento anormal, patrones neurológicos anómalos con síntomas de dependencia física a esas sustancias u alteraciones imputables a su consumo por parte de la madre. Este maltrato también se hace extensivo al compañero de la madre cuando infringe a esta conducta de maltrato.

Detrás de todo hecho, acciones y circunstancias no hay que olvidar que se esconden verdaderos rostros.  Niños que temen confesar por amor o por desconocimiento, su realidad .No miremos hacia otro lado ante el maltrato. Sepamos ver, que tras ese silencio sepulcral, hay unos ojos tristes que nos hablan de sufrimiento.

Mi nombre es Sarah
Tres años de edad
Mis ojos hinchados
No puedo mirar
Debo ser estúpida
Debo ser mala
Porque otro motivo
Mamá está enojada
Quisiera ser mejor
Quisiera fea no estar
Entonces tal vez mami
Me quiera abrazar
No debo hablar
No debo hacer mal
De lo contrario
Todo el día me van a encerrar
Cuando despierto
Siempre estoy sola
La casa está oscura
Por horas y horas
Cuando mami regrese
Trataré de ser Buena
Si ella me golpea
Que sea sólo una sea
No hagas ni un ruido
La puerta acabo de escuchar
Mi papi ha llegado
Borracho de un bar
Lo escucho enojado
Mi nombre gritar
Y contra una pared
Me trato de resguardar
Trato de esconderme
De su horrible Mirada
No aguanto el llanto
Me siento espantada
Me encuentra llorando
Me grita, me insulta
Me dice que sus problemas
Son por mi culpa
Me empieza a golpear
Me sigue gritando
Me logro soltar
  Y corro tropezando
Caigo al suelo
Mis huesos doliendo
Papá me dice palabras
Que ya no le entiendo
“Perdóname” le grito
Pero ya es muy tarde
Su rostro desencajado
Parece que arde
Los golpes y las palabras
Me duelen de verdad
Fuente: Observatorio de la Infancia