La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología Española alerta de la
situación de desnutrición que padece un 20% de ancianos. La soledad, la falta
de apetito y la pereza por cocinar para uno solo hacen que las personas de
avanzada edad ingieran menos calorías diarias de las necesarias.
Las cifras calóricas de un anciano sano se
estiman en unas 2.100 kilocalorías aunque esta cifra puede variar y aumentar en
función de la actividad física, del peso y del estado de salud de la persona
mayor. Las dificultades al tragar, la pérdida de piezas dentarias, la ingesta
de fármaco unida a factores sociales como la soledad y la tristeza abocan a las
personas mayores a una situación de riesgo por desnutrición. Los datos
facilitados por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología Española
manifiestan que la quinta parte de los personas mayores ingieren menos de 1000
kilocalorías diarias. Las kilocalorías se distribuyen entre grasas, proteínas e
hidratos de carbono.
Esta situación es grave, pues los
problemas de nutrición en personas de edad avanzada pueden conllevar diversos
problemas y patologías. Esta situación es un claro agravante asociado a numerosas
enfermedades crónicas y también deteriora los pronósticos de patologías agudas.
Las calorías son un importante energético, así que sin ellas, los ancianos
pueden sentirse con menos vitalidad y más cansados. Además entre nutrición y
enfermedad existe una relación directamente profesional, corren más riesgo de
contraer enfermedades los ancianos con carencias nutricionales y se desnutren
más los ancianos que padecen algún tipo de enfermedad.
Para solucionar esta precaria situación,
la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología Española, recomienda que los
ancianos realicen cinco comidas al día, que se cuide el modo de preparación de
los alimentos de modo que favorezcan la masticación. El uso de agua gelificada
y espesantes para minimizar las posibilidades de aspiración y mantener un
estado de hidratación adecuado resultan medidas eficaces para mejorar la
dificultad que tiene este colectivo para tragar. Otro tema importante en la
elaboración de las comidas es el cuidado de la temperatura y de los condimentos
o especias que facilien la digestión y hagan las comidas apetecibles. Si el
anciano toma algún fármaco, se controlará los alimentos que ingiera por ser su
interacción con el medicamento responsable de muchos efectos adversos sobre la
esfera digestivas. Si la persona mayor muestra pérdida de apetito, una buena
estrategia consiste en fraccionar la dieta en pequeña dosis que mejore la
ingesta.
Otro factor importante a tener en cuenta
es acompañar a nuestros mayores en la comida, un ambiente agradable y
distendido mejoraran los hábitos alimentarios de nuestros mayores y permitirá
que los familiares o cuidadores se aseguren de que el anciano hace una correcta
alimentación.
El menú del anciano debe ajustarse a la
clásica pirámide invertida. Y en líneas generales el consumo de haga debe ser
de 2 litros al día. La percepción de la sed en los ancianos es menor, por lo
que con asiduidad se le ofrecerán líquidos.
Un último tema que debemos tener presente
a la hora de cuidar los hábitos de los ancianos, es controlar y pactar con él,
el consumo de alcohol o la sal.
Fuente: Sociendad Española de Geriatría y Gerontología Española
Fuente: Sociendad Española de Geriatría y Gerontología Española
Es necesario de que las administraciones públicas también se involucren en la atención de estas personas acordando ayudas que sirvan para el sostenimiento de todas las atenciones que necesitan nuestros mayores... en definitiva que se aplique correctamente la ley de dependencia. En cualquier caso todos podemos apoyar a que estos casos no ocurran por negligencia de las familias llamando al teléfono de maltrato a las personas mayores 900858381
ResponderEliminarCuánta en este artículo, nuestros mayores se merecen ser tratados como personas. Desde luego, que esta sociedad nunca aprenderá...
ResponderEliminarMuy buena publicación, es una gran verdad. En la residencia en la que trabajo he vivido el ingreso de ancianos con marcados niveles de desnutrición, que gracias a las dietas aplicadas y a la constante ingesta de líquidos, han disminuido esas carencias nutricionales y esto se nota, y mucho, a la hora de afrontar cualquier actividad física, por ejemplo, cuando vienen conmigo a las sesiones de fisioterapia.
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